9 a 18 hs.

Ir a la cocina en reiteradas oportunidades, subir y bajar el aire, utilizar el baño más de lo común (espejo), reponer el papel de la impresora siempre que se acabe, correr las cortinas más de una vez, tomarme un almuerzo un poquito más largo de lo habitual, llegar y empezar a trabajar 45 minutos después, hacer orden, realizar esos listados siempre necesarios y que nunca nadie hace, poner música durante todo el día y charlar demasiado.

Y así, termino enero en la oficina.

Llegado un punto me parece totalmente aceptable que una mujer ponga en la balanza que él tenga auto para aceptarlo o no.
Y bajo el mismo criterio, es absolutamente válido que un hombre decida estar con ella siempre y cuando haga petes.

Señal Positiva

Yo, una defensora del subte a rajatabla, persona que prefiere caminar mil cuadras para llegar a una estación de subte antes que tomarse un colectivo, hoy digo basta, me cansó Metrovias y sus demoras tacitas que me hacen esperar más de diez minutos (cuenta rápida: si esperé más de 10 minutos en la estación Pueyrredon del D, eso quiere decir que cuando yo llegué el coche ni había salido de su cabecera en Catedral). El cambio de señalización es una farsa.
A partir de mañana, mal que me pese, tomo bondi (todo esto expreso en el libro de quejas pero todo mucho más formaloide, claro).

Llego al trabajo sabiendo que hoy va a ser un mal día (ah, me olvidé el paraguas, seguro me agarran los chubascos cuando salga) y veo un mail tipo reclamo de la gente de Clarín quejandose por un laburo que yo había hecho (Kodak y Clarín están haciendo una acción en conjunto en la costa). Queja totalmente injustificada, está claro. No se metan con mi laburo.

Son las 10 de la mañana del primer día en que tenemos inhabilitado el msn y las cosas están así.

Tirame un lexotanil, Fito.

Coincidencia o no, el blog se activa cuando mi psicóloga se toma una larga licencia por maternidad, nos vemos en abril. De paso yo vuelvo a escribir, el nuevo año me está pegando como el orto, no sé que hacer con mi vida y el nuevo laburo no es lo que esperaba.
Ah, pero sigo tomando café amargo.
Todavía soy un encanto.

Año nuevo, vida nueva

Ahora mi novio tiene las llaves de mi casa.



(tengo miedo)

Danger

Cometí un grave error al pensar que terminadas las fiestas de fin de año, iba a estar a salvo de las amenazantes comidas extra calóricas que no tienen nada que ver con verano. Sin embargo, me doy cuenta que se me presenta una nueva amenaza que será peor o menor dependiendo el tamaño de la empresa para la que se trabaja. Cuando el countdown para irme de vacaciones empieza y todas las noches me pruebo mi nueva bikini esperando que de alguna manera transformarme en Romina Gaetani al ponermela, la costumbre del traete-algo de mis compañeros que vuelven de su descanso anual pone en riesgo todo mi sacrificio de “comer sano”.
Con mucha suerte el compañero de turno trae unos alfajores pedorros de elaboración pseudo artesanal que tienen menos pinta que los guaymallen y así zafamos de probarlos, pero cuando el buen amigo con buen salario trae delicias de havanna o cosas mas excéntricas no se puede hacer otra cosa que tomar lo que me ofrecen, agradecer y empezar a pensar que remeras anchas voy a llevar a la playa para que no se note la busarda.

Soy el target fijo de muchos tarjeteros. Los que reparten papelitos de fotocopiadoras o cybers no me dan mucha bola, sin embargo hay otros que se me avalanzan. Fija, mi top 3 de volantes recibidos, tristemente, incluye estos:

* Psicólogos
* Como adelgazar
* Tarot

Y así le doy a mi autoestima otra razón para no salir de casa.

Duró 5 segundos, pero en ese breve tiempo ayer antes de ir a dormir tuve la sensación de que hoy iba a ser viernes. Y no solo no es viernes, sino que es miércoles y el día recién está empezando. Dormirme con tal amargura explica porque hoy son las 10:28 de la mañana y todavía no empecé a laburar.
Eso, el trajín del año y la paja de que en vacaciones haya poco laburo y mientras escribo este post pongo cara de seria como si estuviese haciendo algo productivo por esta empresa.