No te pasa hasta que te pasa
Escuchamos miles de historias de adolescentes embarazadas que inmediatamente antes de la concepción pensaban “a mí no me va a pasar”, y si somos un poco más sinceros, alguna vez hemos hecho lo mismo, con la excepción de que a muchos de nosotros no nos hubo sucedido.
Bien, no estoy comunicando que espero un crío, graciadio’ que no, pero debo confesar que siempre me manejé en la ciudad a altas de la noche con la sensación de que podía ser inmune a todos los males de este mundo. Mi “a mí no me va a pasar” siempre estuvo relacionado con que nunca me hayan robado, violado, raptado, descuartizado, etc.
Hasta que te pasa lo que te pasa.
Por hacerte la canchera, claro, y decir irte caminando por el barrio de Once un jueves 2 am, genial.
Igual le agradezco al muchacho haberme devuelto el DNI, no cerciorarse si tenía tarjeta de débito y creerme cuando le dije que había dejado el “movicón” en casa.
Este post sin puteadas y la indignación habitual en unas horas me va a parecer una mierda.
Bien, no estoy comunicando que espero un crío, graciadio’ que no, pero debo confesar que siempre me manejé en la ciudad a altas de la noche con la sensación de que podía ser inmune a todos los males de este mundo. Mi “a mí no me va a pasar” siempre estuvo relacionado con que nunca me hayan robado, violado, raptado, descuartizado, etc.
Hasta que te pasa lo que te pasa.
Por hacerte la canchera, claro, y decir irte caminando por el barrio de Once un jueves 2 am, genial.
Igual le agradezco al muchacho haberme devuelto el DNI, no cerciorarse si tenía tarjeta de débito y creerme cuando le dije que había dejado el “movicón” en casa.
Este post sin puteadas y la indignación habitual en unas horas me va a parecer una mierda.