Danger

Cometí un grave error al pensar que terminadas las fiestas de fin de año, iba a estar a salvo de las amenazantes comidas extra calóricas que no tienen nada que ver con verano. Sin embargo, me doy cuenta que se me presenta una nueva amenaza que será peor o menor dependiendo el tamaño de la empresa para la que se trabaja. Cuando el countdown para irme de vacaciones empieza y todas las noches me pruebo mi nueva bikini esperando que de alguna manera transformarme en Romina Gaetani al ponermela, la costumbre del traete-algo de mis compañeros que vuelven de su descanso anual pone en riesgo todo mi sacrificio de “comer sano”.
Con mucha suerte el compañero de turno trae unos alfajores pedorros de elaboración pseudo artesanal que tienen menos pinta que los guaymallen y así zafamos de probarlos, pero cuando el buen amigo con buen salario trae delicias de havanna o cosas mas excéntricas no se puede hacer otra cosa que tomar lo que me ofrecen, agradecer y empezar a pensar que remeras anchas voy a llevar a la playa para que no se note la busarda.