Nunca fui buena para los deportes, mi falta de coordinación motriz siempre me jugó en contra. Además, cuando era chica, era la gordita del grado, por lo cual mis chances de ser atlética jamás estuvieron en alta.
Sin embargo, una vez en sexto grado, y de manera fortuita, descubrimos que tenía buenos reflejos y fui la arquera de handball del equipo campeón interdistrital tanto de sexto como de septimo grado. En otro aspecto que me pude destacar fue corriendo, en particular cuando jugábamos a las escondidas o al poliladron. No sé si por resistencia o velocidad pero era buena.
La primer anécdota, la del handball, me remite al capítulo de Los Simpsons donde Lisa ataja en hockey sobre hielo, la segunda, la de carecer de coordinación pero saber correr, me hace acordar a Forrest Gump.
La mezcla de dos personajes que se encuentran en extremos tan opuestos no puede generar otra cosa más que un ser humano muy capaz pero que no deja de hacer boludeces.
O sea, yo.